domingo, 9 de septiembre de 2012

Elsa Punset una Mochila para el Universo


Elsa Punset, discípula aventajada de su padre, escritora, filóloga y colaboradora en el programa ‘El Hormiguero’, nos acompaña esta tarde para presentar su libro ‘Una mochila para el universo’; explica cómo gestionar y optimizar las emociones. Su mochila particular la rellenaría de alegría y curiosidad, ‘creo que esto es el antídoto para no envejecer’.
En su libro afirma que los seres humanos funcionan por emociones y no de forma racional, ‘en la base de cada comportamiento están las emociones’. Existen herramientas para transformar el cerebro, algo que antes se había dicho que era imposible, comenta que con todas las técnicas modernas se está descubriendo el funcionamiento y cómo vivir mejor, ‘tú puedes mandar en el cerebro hasta el último día de tu vida’. Respecto a este tema, Julia le pregunta si no se podría cambiar el cerebro de los psicópatas, y Elsa cuenta que es muy difícil.
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Una de las emociones más fuertes de los humanos es elmiedo, cuenta que ‘el miedo es el guardián con el que se llega al mundo y un mecanismo demasiado sensible’; las personas tienen ‘un sesgo negativo’ día tras día, algo que afirma que se tiene que evitar ya que forma a personas débiles.
Habla de que ‘nos dan educación sexual pero no emocional’, por eso se puede confundir el amor y el sexo; ‘tenemos que empezar a entender qué nos hace felices’. Otro de los apartados de su libro, y que interesa a algunos oyentes del programa, es el consumismo.
Bajo su punto de vista, para que un abrazo sea bueno tiene que durar, al menos, seis segundos; de esta forma se conecta plenamente con la otra persona. Con este tiempo ‘se pone en marcha la química del bienestar’, cree que hay que hacer una sociedad donde los ciudadanos den y reciban más afecto. Dos terceras partes de nuestra vida las pasamos cotilleando, afirma que casi todo lo que hacemos está relacionado con colaborar con los demás; el cotilleo es una forma de transmitir mensajes rápidos que pueden ayudar a convivir en redes sociales y complejas. Cree que ‘el cotilleo es necesario para enterarse de lo que pasa a nuestro alrededor’, como en el caso de las oficinas.
Para terminar cuenta que la gente es más feliz a partir de los 46 años, siempre que se envejezca bien, y antes de cumplir los 30.

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