martes, 15 de enero de 2013

Se optimista aprende a ser positivo a crear felicidad


La actitud optimista puede ayudar a sobrellevar mejor esta crisis

Los efectos de la crisis en el estado de ánimo se pueden aliviar con pensamientos positivos | La sociedad ha pasado en poco tiempo de la opulencia a la austeridad y, en los casos más extremos, ha sido condenada a la más absoluta miseria

Vida | 13/01/2013 - 00:00h
Celeste López / Javier Ricou
Madrid / Lleida
La crisis económica está pasando una elevada factura al bienestar psicológico de una sociedad que ha pasado en poco tiempo de la opulencia a la austeridad y, en los casos más extremos, ha sido condenada a la más absoluta miseria. Miedos, inseguridad, frustraciones, pesimismo... Son las consecuencias de una realidad que gana en crudeza al no ponerle nadie fecha de caducidad. Y eso agrava aún más el estado de ánimo de las personas. Una sonrisa, una actitud optimista o un esfuerzo personal para alcanzar un pequeño rayo de felicidad son, ante este desolador panorama, valores en alza que pueden ayudar a sobrellevar mejor esta situación. Hay recetas para conseguirlo, y diversos psicólogos expertos en el campo social aportan algunas de las claves para poner la mejor cara posible a tantas adversidades.

Son recetas válidas, aclara la psicóloga Helena de Marianas Ribary, para aquellas personas que tienen las necesidades cubiertas, "pero ahora se ven obligadas a vivir con menos". Nada que ver con los casos de ciudadanos que carecen de ingresos "para atender sus necesidades básicas, como alimentación, techo o vestido; ahí no hay receta que valga", asegura esta psicóloga con treinta años de experiencia. "Generar pensamientos positivos -añade- en una persona que pasa hambre o vive a la intemperie es prácticamente imposible". En cambio, cuando se tienen las necesidades cubiertas, "se puede aprender a vivir con menos", afirma esta psicóloga. Y esa tendría que ser una lección de obligado aprendizaje entre todos aquellos que, aun pasando dificultades, conservan lo imprescindible para llevar una vida digna.

De Marianas comparte el tópico de que el dinero no da la felicidad, pero en la actual situación está ganando puntos la parte final añadida a esa frase hecha: "Aunque sí que ayuda (el dinero) a conseguirla (la felicidad)". Y añade: "Ciertamente, resulta más difícil sentirse bien cuando hay que estar constantemente midiendo el gasto y prescindir de actividades deseables".

En esta crisis económica sobrevenida de la que la mayoría de los ciudadanos no se consideran culpables (apuntan a los políticos, especuladores y sistemas financieros), la situación se agrava por el hecho de que muchas de las personas que ahora están aprendiendo a vivir con menos "recortan cosas que hacían antes, y eso aumenta, y mucho, el malestar", constata Helena de Marianas.

"Siempre es más difícil bajar que subir, incluso en la montaña, por lo tanto la gente que tiene que recortar su nivel de vida lo pasa peor. Lo que hay que hacer es buscar el lado positivo y, aunque el caviar está muy bien, las patatas también pueden ser un excelente plato si se saben cocinar", afirma Victoria del Barrio, psicóloga emérita de la UNED. Y un consejo: "Hay que echarle imaginación, coraje y optimismo para pasar la mala racha".

Andrés Cuartero, coordinador del Servicio de Emergencias del Colegio de Psicólogos de Catalunya, confiesa que puede resultar "grosero y hasta insultante" dar consejos a esas personas que se han quedado, de un día para otro, sin nada y "enlazar palabras que vayan en una dirección positiva, en vez de recurrir a las frases tan escuchadas en la actualidad que sólo destacan lo negativo y las crudezas de la realidad social que nos está tocando vivir". Pero Cuartero, acostumbrado a trabajar con personas víctimas de grandes tragedias, considera que no hay que darse por vencido y en estos momentos, añade, "hay que lidiar, como nunca, con estas dificultades sobrevenidas para no acabar obsesionados o instalados en un pesimismo derrotista y poco esperanzador". Y una recomendación básica pasa por "aceptar cuanto antes la situación que tenemos por delante, tolerar la frustración y la incertidumbre, que seguro que aparecerá hoy y también mañana, pero pensar que no estará siempre ahí", añade Cuartero.

Gonzalo Hervás, doctor en Psicología y cofundador de la Sociedad Española de Psicología Positiva (www.sepsicologiapositiva.es), apunta que una de las manera de "evitar caer en un agujero negro" es mantener una rutina y plantearse pequeñas metas cada día". Otra "estrategia de supervivencia" es mantener viva la capacidad de disfrutar de las pequeñas cosas, de tomar un café en un sitio determinado, llevar a los niños al colegio, escuchar música... y cultivar el pensamiento positivo. ¿Por qué? "Sencillamente, porque tenemos claro que el pesimismo nos conduce a la desesperación; eso lo sabemos todos y es bueno repetirlo para no olvidarlo", indica Hervás.

Carmelo Vázquez, presidente de la Sociedad Española de Psicología Positiva, cree que en estos momentos toca "hacer de tripas corazón" y "tirar para adelante". Eso sí, huyendo del optimismo ilusorio: "Hay que ser conscientes de la situación y, a partir de ella, actuar. Sabemos que el futuro es complicado, pero hay que buscar espacios en los que desarrollarnos. Por ejemplo, los jóvenes tienen claro, o al menos así se lo hemos transmitido, que su futuro será peor que el de sus padres. Puede ser cierto que, al menos, en lo material sea así, pero también es el momento de reconstruir nuestras vidas, hacerlas más humanas, darles otras prioridades... Quizá, al final, esa generación viva mejor que sus padres en términos de bienestar personal".

Vázquez insiste en la necesidad de afrontar las dificultades sin hundirse, porque "no vale de nada" y sólo conduce a la depresión. ¿Cómo hacerlo? "Jorge Semprún contaba que sobrevivió a los campos de concentración porque cada día se ponía como meta lavarse la cara; ese sencillo gesto para él significaba mantener su dignidad", señala.

Y un consejo importante: "Las riendas de tu vida las llevas tú, no puedes permitir que tu vida sea dominada por Rato o Botín. No le des más carne al enemigo", recalca Vázquez. Victoria del Barrio recuerda que "la ciencia muestra que los optimistas lo tienen mejor en la vida: se ponen menos enfermos, les va mejor en el trabajo y les va mejor con la pareja". Así que recomienda una sonrisa ante el mal tiempo, puesto que, aunque lo último no lo controlamos (por ahora), la expresión de la cara y nuestra actitud "sí dependen sólo de nosotros"


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