miércoles, 28 de noviembre de 2012

Patricia Ramírez Psicóloga del Deporte de Alto Rendimiento Escritora


Psicología, Deporte y Emociones.-

 Patricia Ramírez
Psicóloga del Deporte de Alto Rendimiento
Escritora 

QTP1.- ¿Quién es Patricia Ramírez?
Licenciada en Psicología, Máster en Psicología clínica y de la salud y doctorado en el Departamento de personalidad,  evaluación y tratamiento psicológico de la Universidad de Granada.He sido psicóloga deportiva del Real Betis Balompié, antes del RCD Mallorca, y de muchos otros deportistas individuales, nacionales e internacionales.
Colaboro con un espacio de psicología en Para todos la 2, articulista de El país semanal y colaboradora de otros medios de comunicación como el Huffington Post, la tarde COPE con Ramón García, Tiempo de Juego en COPE y La calle de en medio en Canal Sur con Pepe Da Rosa.
Codirectora del Máster de psicología deportiva y del ejercicio físico del Colegio Oficial de Psicólogos de Andalucía Oriental.
Conferenciante de ponencias sobre optimismo, actitud y psicología del deporte.

QTP2.- ¿Cómo una psicóloga termina trabajando para el deporte de alto rendimiento? ¿Inspiración, motivación, pasión?
Mientras dirigía un programa en COPE Granada, unos médicos de medicina deportiva me comentan que tienen varios deportistas que están interesados en que vea. Empiezo a trabajar con Paquillo y a partir de ahí, no he vuelto a dejar la psicología del deporte. 

QTP3.- ¿Qué opinión tienes acerca del comentario del futbolista Cristiano Ronaldo y su “estoy triste” que ha dado la vuelta al mundo?
Opino que todo el mundo tiene derecho a estar triste independientemente de su nivel socioeconómico. Otra cosa es que lo exprese de forma pública cuando hay  tanta gente pasándolo mal y en situaciones precarias. 

QTP4.- Tras tu último paso como psicóloga del Real  Betis Balompié, ¿qué experiencia te llevas?
Muchas, las mismas que cuando trabajé en Mallorca. La experiencia de trabajar en grupo maravilloso, con el que he compartido buenos y malos momentos deportivos. Me llevo una relación de amistad con muchas personas y en el corazón a dos equipos que me han dado mucho.

QTP5.- Tu reciente libro publicado “Entrénate para la vida” está siendo un éxito en ventas, ¿a qué crees que es debido? ¿Es un libro para todos?
Es un libro de autoayuda, dirigido al público en general. Está escrito de forma sencilla, fácil de entender y de poner en práctico. Creo que es un libro muy didáctico con el que se puede entrenar cualquier persona. Tiene ejercicios que te ayudan a afianzar lo que vas a prendiendo. Creo que cualquier persona que lo lea puede sentirse identificado con alguno de los capítulos.

QTP6.- Voluntad, superación personal, constancia, disciplina, humildad, ¿lo consideras buen cóctel de cualidades para un deportista de élite?
Lo considero el cóctel perfecto. Añadiría además el trabajo y el sacrificio. 

QTP7.- Afirmas que: “Esta demostrado que ciertas variables psicológicas tienen un impacto directo en el rendimiento deportivo.” ¿Cómo ayuda la psicología en estas variables?
La psicología del deporte ayuda que cada uno consiga convertir su talento en algo regular. También te ayudar a potenciar las variables que suman y a eliminar las que torpedean tu ejecución.

QTP8.- ¿Algún nuevo proyecto? ¿Hay algo que desees añadir?
Por ahora no, sigo muy metida en la divulgación de la psicología a través de medios de comunicación, EPS, El Huffington Post, Para Todos al 2, La tarde de COPE con Ramón García, Tiempo de Juego en COPE…

- Intimando:
Un hobby… leer y nadar, tengo más, pero estos son los dos que puedo practicar.
Una canción… De vez en cuando la vida nos besa en la boca, de Serrat.
Una capacidad admirable… La inteligencia.
Un color… Para vestir el negro, para cualquier otra cosa, alguno que sea muy alegre.
Un deportista ejemplar… Todos los que luchan y se esfuerzan por alcanzar su meta.
Un sabor… el de la tortilla de patata.
Un momento único… Cuando beso a mis hijos por la noche antes de acostarme yo y ellos ya están dormidos, huelen de una forma especial.
Una aprendizaje personal… el de darle valor a lo que tengo y disfrutar, lo practico cada día.
 
  
:: Desde QTP todo mi agradecimiento a Patricia, por su atención, su dedicación, su ayuda y su cercanía.

Sentirse Bien!!!

Aprende a Sentirte Bien!!!
Para ello has de aprender a aplicar el lenguaje adecuado!!!
Usa la palabra adecuada.
En el momento adecuado!!!
De la mejor manera posible!!!

Terapia Lingüistica


La PNL o Programación Neuro-lingüística ha profundizado, explorado y aplicado los conocimientos sobre identidad, misión y visión, aplicando las visiones sistemáticas y generativa sobre sus propios modelos.
 
Uno de los objetivos de la PNL se centra en buscar la excelencia personal. Para ello se observa a las personas que funcionan de manera excelente, o momentos excelentes de la propia experiencia de la vida: con esta información, la vida se entiende desde una perspectiva de capacidad y sabiduría, aportando mayor satisfacción y libertad personal.
 
Actualmente se aplica en numerosos campos: terapia, desarrollo personal, deportes, salud, ventas, liderazgo, negocios.
 
¿Qué significa Programación Neurolinguística?
Programación: Nuestro cerebro funciona con programas como si fueran un software que cada uno de nosotros crea, en función de sus circunstancias, y que generan una percepción del mundo. Estos programas pueden ser actualizados mediante la aplicación de la tecnología adecuada, para que nos sean más útiles y eficientes

Neuro: Toda la información que obtienen nuestros cinco sentidos es trasladada a través de las neuronas a los “programas” después del adecuado proceso de filtrado,(distorsionado, omitido, generalizado) No solo está lo que oímos, vemos y tocamos; en la grabación también está lo que pensamos y sentimos de ello, que en cada caso siempre es personal y distinto al de otras personas.

Lingüística: El lenguaje es la expresión externa de cómo percibimos el mundo. Del análisis de la comunicación y del lenguaje deviene un mejor conocimiento del otro y de mí mismo, pues yo también me comunico conmigo constantemente, de una manera determinada.
A la PNL se la ha llamado “la ciencia o el arte de la excelencia personal”, y también “el análisis de la experiencia subjetiva”.
Sobre todo abre puertas con la pregunta “¿Cómo?”, ya que analiza como pensamos, como aprendemos, y cómo construimos el mundo, entre otras cosas. Y sobre todo, como conseguimos los resultados que obtenemos y cómo podríamos mejorar esos procesos.
 
La PNL parte de unas premisas que a nivel personal comparto, y que tienen la misma filosofía que el coaching. Algunas de sus presuposiciones son:
- El mapa no es el territorio: Cada uno de nosotros tenemos un mapa de la realidad, que no es la realidad, sino una interpretación de la misma

- Detrás de cada acto o palabra hay una intención positiva (de cara a uno mismo)
(Genial en este caso la pregunta ¿para qué digo o hago algo?”)

- Es imposible no comunicarse: hasta cuando no quiero comunicarme, comunico que no quiero comunicarme

- No existen fracasos, sólo resultados distintos a los esperados

- La calidad de mi comunicación se mide en función de la calidad de la respuesta que obtengo.
 
El caso es que la PNL es una metodología de aprendizaje, basada en la comunicación, que facilita los cambios y la ruptura de limitaciones auto impuestas. Permite a las personas el conocer como funcionan mentalmente, y como mejorar ese “como” para alcanzar los objetivos que se propongan, a través de múltiples herramientas practicas.
Además, todo surgió porque Bandler y Grinder se hicieron las siguiente pregunta:
 
¿Por qué hay personas excelentes en su ocupación y otras solo son normales?

Así que analizaron a 3 de los más famosos terapeutas mundiales: Milton Erikson, Virginia Satir y Fritz Perls, y llegaron a la conclusión de que la excelencia de estas personas seguía un patrón o modelo. Y la hipótesis de partida por lo tanto de la PNL fue el modelado. Si modelas a una persona excelente en un aspecto y haces exactamente lo mismo que ella a nivel mental, alcanzarás los mismos resultados que ella.
 
A lo largo de los años la PNL se ha convertido en una tecnología increíble para el cambio y la liberación de recursos. Es totalmente práctica, y continuamente se aplica la experiencia. Se trata de probar si a uno le es válido, no si es cierto o falso.
 
Con el tiempo, la PNL se ha ido convirtiendo en una herramienta básica para formadores, responsables de RRHH, comunicadores, líderes, y todos aquellos interesados en su autoconocimiento y evolución personal. Se aplica en áreas de desarrollo: ventas, comunicación, Inteligencia Emocional, negociación, organización, alineación de creencias y valores, descubrimiento de sentido de misión, etc. Multitud de libros y seminarios de los más vendidos basan gran parte de los mismos en la PNL.
 

Sentirse Bien

Sentirse Bien
Y conquistar el Bienestar son las claves de la Felicidad
Y a Sentirse Bien se aprende
Y a conquistar la felicidad también
Para Sentirse bien hay que tener muchas ganas, tener las pilas cargadas una gran intensidad
Y mucha actitud!!!

Miquel Bassols - Las neurociencias y el sujeto del inconsciente

Miquel Bassols: La epidemia silenciosa



















Artículo publicado en el dossier La epidemia silenciosa del suplemento Cultura/s de La Vanguardia, del 28 de Noviembre de 2012.

Palpitaciones, sudor frio, escalofríos, temblores, mareo, ahogo, nudo en el estómago, sensación de locura, de muerte inminente… Son los signos más visibles del cuadro clínico denominado “trastorno de ansiedad”, en cuya clasificación encontramos desde el panic attack, pasando por el stress, hasta las fobias más diversas. Se ha convertido hoy en uno de los diagnósticos más comunes, asociado muchas veces al de depresión, hasta el punto que ha merecido el título de “la epidemia silenciosa del siglo XXI”. Tal como nos recuerdan los gestores de la salud, es hoy una de las causas más frecuentes de baja laboral. Frente a su avance, tan sutil como imparable, se ha ido desplegando un amplio arsenal terapéutico: psicoterapias de diversas orientaciones, con técnicas de sugestión, ejercicios de relajación y de respiración, de confrontación y exposición repetida al objeto temido… Todo ello acompañado de la oportuna medicación con ansiolíticos, cuyo consumo ha aumentado en las últimas décadas de modo exponencial. Resultado: si bien se consiguen por una parte algunos efectos terapéuticos, pasajeros con demasiada frecuencia, por la otra la epidemia sigue avanzando de manera impasible, desplazándose de un signo a otro, como un alien que siempre sabe esconderse en algún lado de la nave vital del sujeto para reaparecer, poco después, allí donde menos se lo esperaba. “Ya no tengo tanto miedo a volar en avión —me decía una joven que había utilizado uno de dichos métodos—, pero ahora siento un vacío tremendo cada vez que debo separarme de mi madre”. “Es una espada invisible que me atraviesa el pecho” —me decía un hombre— y era, en efecto, una espada de sinsentido que hendía cada momento de su vida cotidiana.
Constatamos entonces este hecho: cuantos más efectos “terapéuticos” se intentan producir directamente sobre los signos manifiestos de la epidemia, más ésta retorna con signos nuevos. Y retorna para dejar al descubierto una experiencia que transcurre en silencio, una experiencia singular e intransferible que ya desde hace tiempo se ha llamado con este término: la angustia. La experiencia subjetiva de la angustia es, en efecto, distinta e irreductible a ninguno de los signos que intentan describirla y que solo nos indican algunas de sus manifestaciones. La experiencia subjetiva de la angustia permanece en el silencio más íntimo del sujeto como algo indescriptible, sin concepto, no se deja atrapar por gimnasia mental alguna, por ninguna sugestión más o menos coercitiva ante el objeto que la causa. Más allá de los signos en los que se expande la “epidemia silenciosa”, el silencio de la angustia es, él mismo, un signo fundamental que recibe el sujeto desde su fuero más íntimo con estas preguntas: ¿qué quieres? ¿qué eres finalmente, tanto para aquellos a quien quieres como para ti mismo, una vez confrontado a ese silencio que te agita ensordecedor? El signo de la  angustia toma entonces un valor de agente provocador, de esfinge que plantea a cada sujeto la pregunta más certera sobre su ser y su deseo. Tantos ideales largamente sostenidos y esa pregunta había quedado enterrada bajo su excesivo ruido.
La angustia se manifiesta entonces como el signo de un exceso, de un “demasiado lleno” en el que vive el sujeto de nuestro tiempo, inundado por la serie de objetos propuestos a su deseo. Es el signo de que hace falta un poco de vacío, de que “hace falta la falta”, como decía hace tiempo el psicoanalista Jacques Lacan en su Seminario dedicado por entero a ese extraño afecto, “La angustia”.
Es interesante subrayar que la ciencia de nuestro tiempo ha detectado este exceso por su otra cara, más bien como un defecto, como una insuficiencia. Lo ha detectado en el denominado “retraso genómico” del ser humano, como la razón última de los crecientes signos de su ansiedad. ¿En qué consistiría este “retraso”? La civilización humana habría transformado el mundo con tal rapidez que nuestro soporte genético no habría dispuesto de tiempo suficiente para adaptarse a él. El reloj de nuestro organismo tendría así un retraso genético, anclado como estaría en sus respuestas a una realidad que ya no existe.  Diremos por nuestra parte que solo puede entenderse este “retraso” si lo consideramos con respecto al tiempo subjetivo que podemos definir como el tiempo de lo simbólico, el tiempo de una civilización que exige una satisfacción inmediata de las pulsiones, el tiempo de un mundo que exige cada vez más rapidez, más satisfacción inmediata, siempre un poco más.... —Dios mío, dame un poco de paciencia, ¡pero que sea ahora mismo!— decía una historia que sigue la misma lógica que el sujeto que llega hoy angustiado a nuestras consultas. Este rasgo de urgencia temporal, de “ahora mismo”, tiene su traducción en un rasgo espacial, en un “demasiado lleno”. La realidad de la angustia es así una realidad a la que parece faltarle el vacío necesario para que este exceso no termine con su propia existencia, con su cohorte de objetos virtuales donde todo debe estar al alcance de la mano, sí, ahora mismo. Deberíamos entender entonces el efecto llamado “retraso genómico” más bien como un efecto invertido de este exceso, producto él mismo de nuestra civilización, de su maquinaria simbólica. Es a este exceso de “ruido” al que responde el silencio ensordecedor de la angustia de un modo singular en cada sujeto. Y ante él, parece tan inútil huir como intentar adaptarse con formas más o menos coercitivas, más o menos sugestivas, que lo desplazan siempre hacia otro lugar.
La angustia, inevitable, hay que saber atravesarla tomándola como signo de la pregunta radical del deseo de cada sujeto sobre el sentido más ignorado de su vida. Pero para responder a esta pregunta, primero hay que saber dar la palabra al silencio de la angustia, hay que hacerla hablar en cada sujeto, uno por uno. Cosa nada fácil en un momento en que sobran consignas y protocolos para silenciarla de nuevo. Solo desde ahí, sin embargo, la angustia nos librará el sabio secreto del que es respuesta, aunque siempre sea con su tiempo de urgencia precipitada. 

Evitar la ANSIEDAD y la Angustia


El trastorno de ansiedad se extiende de forma sutil, y ya es una de las causas más frecuentes de baja laboral | La angustia hay que saber atravesarla como signo de la pregunta radical de cada uno sobre el sentido más ignorado de su vida

Cultura | 28/11/2012 - 03:31h
MIQUEL BASSOLS
La angustia -que no es lo mismo que el miedo, ni la depresión, ni siquiera el ataque de pánico con el que a menudo se la relaciona- se propaga cual pandemia en este siglo XXI. Más extendida de lo que podría pensarse, tal vez, precisamente, porque se vive en silencio. Un trastorno -o quizás una señal de alarma- de terapia incierta, que tiene relación con el deseo, y con nuestra percepción del Otro
La epidemia silenciosa
Portada del suplemento Cultura|s del miércoles 28 de noviembre de 2012
Palpitaciones, sudor frío, escalofríos, temblores, mareo, ahogo, nudo en el estómago, sensación de locura, de muerte inminente... Son los signos más visibles del cuadro clínico denominado trastorno de ansiedad, en cuya clasificación encontramos desde el panic attack, pasando por el stress, hasta las fobias más diversas. Se ha convertido hoy en uno de los diagnósticos más comunes, asociado muchas veces al de depresión, hasta el punto que ha merecido el título de la epidemia silenciosa del siglo XXI. Tal como nos recuerdan los gestores de la salud, es hoy una de las causas más frecuentes de baja laboral. Frente a su avance, tan sutil como imparable, se ha ido desplegando un amplio arsenal terapéutico: psicoterapias de diversas orientaciones, con técnicas de sugestión, ejercicios de relajación y de respiración, de confrontación y exposición repetida al objeto temido... Todo ello acompañado de la oportuna medicación con ansiolíticos, cuyo consumo ha aumentado en las últimas décadas de modo exponencial. Resultado: si bien se consiguen por una parte algunos efectos terapéuticos, pasajeros con demasiada frecuencia, por la otra la epidemia sigue avanzando de manera impasible, desplazándose de un signo a otro, como un alien que siempre sabe esconderse en algún lado de la nave vital del sujeto para reaparecer, poco después, allí donde menos se lo esperaba.

"Ya no tengo tanto miedo a volar en avión —me decía una joven que había utilizado uno de dichos métodos—, pero ahora siento un vacío tremendo cada vez que debo separarme de mi madre". "Es una espada invisible que me atraviesa el pecho", me decía un hombre, y era, en efecto, una espada de sinsentido que hendía cada momento de su vida cotidiana.

Constatamos entonces este hecho: cuantos más efectos terapéuticos se intentan producir directamente sobre los signos manifiestos de la epidemia, más esta retorna con signos nuevos. Y retorna para dejar al descubierto una experiencia que transcurre en silencio, una experiencia singular e intransferible que ya desde hace tiempo se ha llamado con este término: la angustia.

La experiencia subjetiva de la angustia es, en efecto, distinta e irreductible a ninguno de los signos que intentan describirla y que sólo nos indican algunas de sus manifestaciones. La experiencia subjetiva de la angustia permanece en el silencio más íntimo del sujeto como algo indescriptible, sin concepto, no se deja atrapar por gimnasia mental alguna, por ninguna sugestión más o menos coercitiva ante el objeto que la causa. Más allá de los signos en los que se expande la epidemia silenciosa, el silencio de la angustia es, él mismo, un signo fundamental que recibe el sujeto desde su fuero más íntimo con estas preguntas: ¿qué quieres? ¿qué eres finalmente, tanto para aquellos a quien quieres como para ti mismo, una vez confrontado a ese silencio que te agita ensordecedor? El signo de la angustia toma entonces un valor de agente provocador, de esfinge que plantea a cada sujeto la pregunta más certera sobre su ser y su deseo. Tantos ideales largamente sostenidos y esa pregunta había quedado enterrada bajo su excesivo ruido.

La angustia se manifiesta entonces como el signo de un exceso, de un demasiado lleno en el que vive el sujeto de nuestro tiempo, inundado por la serie de objetos propuestos a su deseo. Es el signo de que hace falta un poco de vacío, de que hace falta la falta, como decía hace tiempo el psicoanalista Jacques Lacan en su seminario dedicado por entero a ese extraño afecto, La angustia.

Es interesante subrayar que la ciencia de nuestro tiempo ha detectado este exceso por su otra cara, más bien como un defecto, como una insuficiencia. Lo ha detectado en el denominado retraso genómico del ser humano, como la razón última de los crecientes signos de su ansiedad. ¿En qué consistiría este retraso? La civilización humana habría transformado el mundo con tal rapidez que nuestro soporte genético no habría dispuesto de tiempo suficiente para adaptarse a él. El reloj de nuestro organismo tendría así un retraso genético, anclado como estaría en sus respuestas a una realidad que ya no existe. Diremos por nuestra parte que sólo puede entenderse este retraso si lo consideramos con respecto al tiempo subjetivo que podemos definir como el tiempo de lo simbólico, el tiempo de una civilización que exige una satisfacción inmediata de las pulsiones, el tiempo de un mundo que exige cada vez más rapidez, más satisfacción inmediata, siempre un poco más... "Dios mío, dame un poco de paciencia, ¡pero que sea ahora mismo!", decía una historia que sigue la misma lógica que el sujeto que llega hoy angustiado a nuestras consultas. Este rasgo de urgencia temporal, de ahora mismo, tiene su traducción en un rasgo espacial, en un demasiado lleno. La realidad de la angustia es así una realidad a la que parece faltarle el vacío necesario para que este exceso no termine con su propia existencia, con su cohorte de objetos virtuales donde todo debe estar al alcance de la mano, sí, ahora mismo.

Deberíamos entender entonces el efecto llamado retraso genómico más bien como un efecto invertido de este exceso, producto él mismo de nuestra civilización, de su maquinaria simbólica. Es a este exceso de ruido al que responde el silencio ensordecedor de la angustia de un modo singular en cada sujeto. Y ante él, parece tan inútil huir como intentar adaptarse con formas más o menos coercitivas, más o menos sugestivas, que lo desplazan siempre hacia otro lugar.

La angustia, inevitable, hay que saber atravesarla tomándola como signo de la pregunta radical del deseo de cada sujeto sobre el sentido más ignorado de su vida. Pero para responder a esta pregunta, primero hay que saber dar la palabra al silencio de la angustia, hay que hacerla hablar en cada sujeto, uno por uno. Cosa nada fácil en un momento en el que sobran consignas y protocolos para silenciarla de nuevo. Solamente desde ahí, sin embargo, la angustia nos librará el sabio secreto del que es respuesta, aunque siempre sea con su tiempo de urgencia precipitada.

Miquel Bassols

Es psicoanalista, miembro de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis, vicepresidente de la Asociación Mundial de Psicoanálisis y autor de 'Llull con Lacan. El amor, la palabra y la letra en la psicosis' (Gredos, 2010), 'Lecturas de la página en blanco' (Miguel Gómez Ed., 2011), 'Tu yo no es tuyo. Lo real del psicoanálisis en la ciencia' (Tres Haches, 2011)


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martes, 27 de noviembre de 2012

Vence las Emociones Negativas

Una parte de la Inteligencia Emocional es vencer las Emociones negativas
Y sacar fuerzas para prosperar
Para sobreponerte a la derrota y a las dificultades de la vida
La vida es dura para todos!!!!!
La vida es muy dura para todos
Y por eso debemos de desarrollar la inteligencia emocional
Nos dara fuerza para cuando llegue la dificultad
Lo duro
La mentira
El conflicto
La vida no es para nadie un camino de rosas.
Todos tenemos que afrontar la dificultad
El desanimo
La critica
El ser criticados
El ser reprendidos
La derrota


1. La capacidad para hacer frente a las emociones negativas propias.
“Nos convertimos en lo que pensamos.” – Ralph Waldo Emerson
Tal vez ningún aspecto de la Inteligencia Emocional es más importante que nuestra capacidad para gestionar con eficacia nuestras propias emociones negativas, aquello que nos abruma y afecta a nuestro juicio. Con el fin de cambiar la forma en que nos sentimos acerca de una situación, primero tenemos que cambiar nuestra forma de pensar en ello.

2. La capacidad de mantener la calma en situaciones estresantes.
La mayoría de nosotros experimentamos un cierto nivel de estrés en la vida. Cuando estamos bajo presión, la cosa más importante a tener en cuenta es mantener la calma. Aquí están algunos consejos rápidos:
A. Si te sientes enojado y molesto con alguien, antes de decir algo que más tarde podrías lamentar, respira profundo y cuenta lentamente hasta 10. En la mayoría de los casos, en el momento de llegar a 10, habrás encontrado una mejor manera de comunicar el problema. Si todavía estás molesto después de contar hasta 10, tómate un tiempo de descanso si es posible y retoma el tema después de que te calmes.
B. Si te sientes nervioso y ansioso, mójate la cara con agua fría y date una vuelta. La temperatura fría puede ayudar a reducir el nivel de ansiedad. Evita las bebidas con cafeína que pueden estimular tu nerviosismo.
C. Si te sientes temeroso, deprimido o desanimado, trata de hacer intensos ejercicios aeróbicos. Tu autoconfianza crecerá al experimentar la vitalidad de tu cuerpo.
D. Si te sientes abrumado, confundido, sin inspiración… toma contacto con la naturaleza. Encuentra una vista panorámica admira su belleza mientras realizas respiraciones profundas. Vacía tu mente. Volverás con una nueva perspectiva.
3. La capacidad de leer las señales sociales
“No vemos las cosas como son. Vemos las cosas como somos.” – Anais Nin.
Las personas con un nivel alto de Inteligencia Emocional son generalmente más precisos en su capacidad para percibir e interpretar las demás expresiones emocionales, físicas y verbales. También saben cómo comunicarse con eficacia para aclarar sus intenciones. Aquí hay un par de consejos para aumentar la precisión de la lectura de las señales sociales:
A. Ante un hecho confuso podemos llegar a tener por lo menos 2 interpretaciones posibles antes de sacar conclusiones. Por ejemplo, llamamos a nuestro amigo y no contesta. Puedo pensar que mi amigo no me devuelve la llamada porque no me hace caso o puedo considerar la posibilidad de que él ha estado muy ocupado. Cuando evitamos personalizar los comportamientos de otras personas, podemos percibirlos de una manera más objetiva y reducir la posibilidad de malos entendidos.
“Una mirada negativa de otra persona únicamente puede significar que está constipado.” – Daniel Amen
B. Pedir aclaraciones cuando sea necesario. Si es necesario, consultar con la otra persona que aclare por qué se comporta como lo hace. Preguntas del tipo: “Tengo curiosidad, ¿puedes decirme por qué …”, y evitar acusaciones y juicios. Compara las palabras de esa persona con su lenguaje corporal para comprobar si hay congruencia.
4. La capacidad de ser asertivo cuando sea necesario.
“Ser lo que somos exige que podemos hablar abiertamente sobre las cosas que son importantes para nosotros.” – Harriet Lerner
Hay momentos en la vida de todos nosotros en los que es importante establecer nuestros límites adecuadamente para que la gente sepa dónde estamos. Estos pueden incluir el ejercicio de nuestro derecho a estar en desacuerdo (sin ser desagradable), decir “no” sin sentirnos culpables, establecer nuestras propias prioridades y protegernos de cualquier coacción y ataque.
Un método a tener en cuenta para expresar emociones difíciles es la técnica XYZ: “Me siento X cuando haces Y en Z”.
5. La capacidad de expresar emociones íntimas en las relaciones íntimas o personales.
La capacidad para expresarse emociones íntimas con eficacia es esencial para el mantenimiento de relaciones personales cercanas. En este caso, “con eficacia” significa compartir sentimientos íntimos con alguien en una relación adecuada, de una manera que es constructiva y ser capaz de responder afirmativamente cuando la otra persona hace lo mismo.

El cerebro feliz

Michelle Nielsen CREAR LA REALIDAD CON LA MENTE

El perfil emocional de tu cerebro.

lunes, 26 de noviembre de 2012

El Problema es sobrevivir a la critica no a los autografos


"En el fútbol no se gana con una canción de Serrat"

La expsicóloga del Betis aclara su leyenda: "Se gana con el talento, la música sólo tiene un efecto motivador en el vestuario". Los verdiblancos reciben hoy al Real Madrid

ALFREDO VARONA Madrid 24/11/2012 09:26 Actualizado: 24/11/2012 09:26
Patricia Ramírez.

Patricia Ramírez.

Ha sido psicóloga del Betis, donde se captó una imagen que recorrió el mundo cuando Rubén Castro, un delantero emotivo, corrió a abrazarla nada más marcar un gol. Sin embargo, esta noche no sucederá eso en el Benito Villamarín, no estará a pie de cancha y no habrá música de Serrat en el vestuario. Al menos, no será Patricia Ramírez Loeffler la que la ponga como hizo aquella vez en Mallorca que acabó con una maravillosa victoria. "Aunque no hay que confundirse", matiza ahora Patricia. "En el fútbol no se gana con una canción. Otra cosa es que esa letra tenga un efecto motivador e invite a los futbolistas a reflexionar sobre un mensaje. La música es un estado de ánimo. Y aquella vez recuerdo que la canción era 'De vez en cuando la vida nos besa en la boca....' de Serrat. Pero insisto que en el fútbol se gana con el talento de los futbolistas".
Y esos futbolistas, aquel Rubén Castro, "que fue capaz de jugar 45 minutos con un esguince de tobillo", son los héroes que el fútbol le dejó a Patricia, una mujer interesante, comprometida con ella misma ("no se puede pasar por esta vida sin pena ni gloria") y demasiado positiva. "Por aquí sólo se pasa una vez y cuando conozco a alguien lo último que pienso es en que me pueda fallar". Su personalidad es así de pasional. "He aprendido a entregarme con el riesgo del sufrimiento". Pero no le importa: será siempre así.
Hoy, Patricia Ramírez ha ascendido de popularidad con un libro maravillosamente contado,Entrénate para la vida. Su escritura es como ella misma, simple, práctico y, a veces, conmovedor cuando se la pregunta por los fracasos en el fútbol y en la vida que tanto nos preocupan. "No, hombre", rebate. "Los fracasos son momentáneos". A lo sumo, los califica como "una experiencia más" y tan solo reserva esa palabra para "los que no lo intentan".
Por lo demás, la conversación con Patricia siempre será enriquecedora. Jamás renuncia a las posibilidades de la palabra, a respuestas cortas que probablemente sean más taxativas que las preguntas y tan sólo existe una pega: no quiere hablar del fútbol, no quiere volver al vestuario del Betis, "no por nada, sino porque no me gusta hablar de lo que ya no controlo". Pero en su vida siempre existirá el recuerdo de un vestuario con olor a linimento, trozos de hierba, tacos metálicos y un trozo de papel, que sería el suyo. "Siempre hay que delegar y yo delego en el papel". Y, si hace falta, después pregunta en la consulta o en el vestuario: "¿Sabes que te puedo entrenar para ser feliz?" Y nos hace parte de ella misma: "Pase lo que pase, yo tengo hacer que pase". Y entonces no hay más que recordar ese gol de Rubén Castro, el del abrazo, el de una victoria inolvidable y el que, sí, la hizo llorar de emoción.

La solidaridad del futbolista

Fue otra vida, como la que se vivirá esta noche en el Villamarín y que no se parece a la vida que ahora lleva Patricia Ramírez en la consulta, en multitud de conferencias o ella misma, a solas frente a las teclas del ordenador. Entonces tampoco se olvida de Serrat, porque hoy también puede ser un gran día. Y, aunque ahora está liada en el coche por las calles de Málaga, incapaz de encontrar la universidad, donde impartirá una nueva conferencia, Patricia sabe que difícilmente encontrará en una empresa un sentido de la solidaridad como lo que vivió en Betis o Mallorca.
"La gente no quiere pasarlo mal, y todo se quiere hacer bajo un estado de bienestar, pero la vida no es un camino de rosas" 
"La diferencia es que en el fútbol el trabajo en equipo empieza a los seis años, y eso que has aprendido no te lo quita nadie", explica. "Sin embargo, en una empresa comienza el día que firmas tu primer contrato cuando ya llevas mucho camino recorrido". Quizá por eso sería maravilloso trabajar con niños, aunque Patricia ha de conformarse "con adultos que pongan interés" y, en una terminología como la suya, "que le den permiso para cambiar sus hábitos si es que realmente es necesario".
Quizá por eso Patricia tampoco se separa de Twitter, donde ya tiene más de 27.000 seguidores, y 140 caracteres con los que se pueden derribar fronteras. "Veo una media de diez pacientes al día, hago mis reflexiones y saco mis conclusiones, que son las que expreso en Twitter". Ella misma se pregunta por qué y, aunque no hay una sola respuesta, supone que es porque le apasiona su trabajo. "También viajo mucho y paso tiempo en el AVE y te permite reflexionar más. Y el hecho de que una persona salga de la consulta con más autoestima de la que entró me parece apasionante, sí".
En realidad, Patricia trabaja en un mundo de emociones en el que no todo son las motivaciones. Ni en el fútbol ni en la vida. "Hay cosas que hay que hacer sí so sí, porque forman parte de las obligaciones del día a día". Por eso habla de "la técnica del jódete" que no es más que un reflejo de la vida. "La gente no quiere pasarlo mal, y todo se quiere hacer bajo un estado de bienestar, pero la vida no es un camino de rosas". En este sentido no acusa a los conflictos. "Son buenos, porque permiten avanzar y si surgen es porque hay un problema". Y entonces es como si regresase al mundo del fútbol "en el que se exagera todo para bien o para mal y hasta se sufre demasiado y, a menudo, nos olvidamos de que solo es un juego". Quizá fue la enseñanza que dejó en el vestuario del Betis, todo ese sentido común en el que no se admitían frases hechas. Por eso ahora que le pregunto a Patricia si es verdad que el tren sólo pasa una vez en la vida, explica: "Cada día puedes luchar para crear oportunidades, pero no todos los días las vas a encontrar".
Así que la dejo en Málaga, donde las prisas no impiden el ejemplo: "Me siento en equilibrio, en paz conmigo misma". Tiene una ventaja, la organización ("es que soy alemana") y una seguridad ("todas las crisis ayudan a reinventarnos"). Y esta noche de sábado claro que no perderá de vista a ese Betis que está en alguna parte más que su corazón. Allí aprendió demasiado y no olvidó. Aprendió, por ejemplo, que para los futbolistas lo realmente difícil "no es sobrevivir al autógrafo, sino a la crítica", y aprendió también "a vivir con esa tensión que te deja el fútbol, a tolerar la frustración, a aliviar el fracaso". Y a defender toda esa intensidad. "En el fútbol hay de todo. Gente pasional, racional y emocional, que saben que sólo existen tres posibilidades: ganar, perder o empatar. Y todos quieren ganar, incluso cuando el rival es superior".