domingo, 10 de febrero de 2013

Santiago de Quiroga: ESTAR BIEN


Entrenarte en salud
SANTIAGO DE QUIROGA / PRESIDENTE-EDITOR DE ESTAR BIEN
viernes, 01 de junio de 2012 / 9:00
No todo está inventado, y menos en métodos para que la salud llegue a convertirse en un hábito, exactamente igual que cuando recibimos a expertos o coachers en el ámbito profesional y personal. El entrenamiento en hábitos saludables puede cambiarte la vida, literalmente. Se trata de plantearse objetivos de salud que complementan en algún caso el consejo médico (si lo hay) ya que cuando una persona adquiere responsabilidad sobre algo, se está garantizando cumplir el objetivo. El estilo de vida influye en más de un 50 por ciento en los resultados de salud que obtenemos. Cuando delegamos nuestra salud, al acudir a un experto nutricionista, a un médico que nos indique el tipo de comida que debemos ingerir o el ejercicio que debemos hacer, puede no ser lo idóneo para todos, cuando no hemos adquirido el compromiso. Todo tiene su origen en la educación que no recibimos en la escuela primaria en hábitos saludables. Una carencia que cuesta cara y que debemos paliar.
Nadie nos enseña a tener hábitos saludables relacionados con la actividad física, la alimentación o las prácticas nocivas (como fumar). Algunas personas practican con éxito acabar poco a poco con su salud, confiando en que la expresión genética les libre de una probabilidad de morbimortalidad incrementada (esto es, que padecen y se mueren más que el resto de personas). Pero menos aún, se nos enseña a gestionar aspectos que tienen que ver con nuestra salud emocional: gestionar nuestras emociones es también clave para estar más sano. La conexión es muy sencilla: darse un atracón por ansiedad nos afecta físicamente, sin duda.
Y la fórmula es simple: definir tres cosas que se pueden hacer cada día es un buen comienzo para reenfocar tu vida y tu salud. El primer paso es abordar qué hábitos están afectándote, y proponer unos objetivos de corrección, en su caso.
Empezar primero con algo que hacemos, pasar luego a cómo sustituirlo (con qué motivación) y repetirlo hasta que sea un nuevo hábito... ¡saludable!
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