PADRES E HIJOS
Si tu hijo es adicto al móvil o temes que lo sea, esta información es para ti
Día 17/03/2014 - 02.17h
El 53% de los españoles son adictos al teléfono móvil, según el Centro de Estudios Especializados en Trastornos de la Ansiedad
En España existen 56 millones de terminales, de ellos, 22 millones son Smartphones. El 53% de los españoles son adictos al teléfono móvil, según el Centro de Estudios Especializados en Trastornos de la Ansiedad, y el 40% de los jóvenes, entre 18 y 30 años, asegura no poder vivir sin su móvil.
Más datos. Y aún más preocupantes. El 67% de los menores de 15 años ya tiene móvil, y el 62,9% de los padres y tutores afirma tener un conocimiento muy básico en materia de telefonía. «Son porcentajes muy alarmantes –apunta Jaume Montané, cofundador del Grupo Monsan–. No solo porque estamos permitiendo que cada vez a edades más tempranas los menores de edad se enganchen a sus móviles, sino porque las consecuencias de su uso ilimitado y sin control de los padres puede generarles riesgos de graves consecuencias».
Además, Jaume Montané, añade que hace años nos decían a los padres que había que apagar la televisión mientras comíamos para favorecer la comunicación familiar. Ahora, en muchos hogares sus miembros están juntos físicamente, pero a mucha distancia puesto que están conectados y centrados en sus móviles».
Ante este panorama, esta empresa ha decidido diseñar un decálogo de consejos para evitar esta nueva adición digital y que esperan que tomen nota de él tanto en en colegios, institutos y asociaciones de padres para que lo pongan en práctica.
Recomendaciones para padres:
Observar el uso que los hijos hacen del móvil y hacer el proceso de aprendizaje de uso conjunta y simultáneamente. El teléfono móvil no debe separarnos por ser un instrumento con una tecnología o lenguaje por nosotros desconocidos.
Acordar unas normas de uso en cuanto a tiempos, lugares, contenidos y maneras.
Poner un límite de gasto mensual y de tiempo de uso del móvil y hacer responsable a nuestro hijo del gasto que genera su móvil. Para ello es recomendable que conozca las tarifas telefónicas: horarios más caros de llamadas, coste de establecimiento de llamada, coste de envío de mensajes de texto o multimedia, precio de las descargas y otras utilidades. No deberíamos permitirle superar los límites establecidos y, si ocurriera, habría que hacerles corresponsables de los gastos de más que se hayan generado.
Enseñarle a utilizarlo sólo cuando sea necesario y no haya otra forma de comunicarse.
Pedirle que sus conversaciones sean cortas.
Los teléfonos móviles disponen de numerosas aplicaciones educativas; es importante explorar estas opciones con nuestros hijos para que perciban que un terminal móvil tiene un abanico de posibilidades que pueden servir de apoyo y complemento a su proceso educativo.
Razonar con el menor unas normas respetuosas hacia terceros sobre contenidos, fotos y vídeos, compartir con otras personas sus imágenes y, por supuesto, la no distribución de aquellas que sean de otros sin su autorización o que puedan perjudicar irreversiblemente la imagen de cualquiera.
Pedirle que apague el teléfono cuando no lo necesite o no deba utilizarlo: mientras estudia, está en el colegio, mientras come o duerme cuando está en lugares públicos exigentes de atención o silencio...
Instalar filtros parentales, programas que evitan un uso indebido del teléfono o impiden el acceso a determinados tipos de contenidos.
Educar con el ejemplo es muy importante, los hijos replican las conductas de sus padres. Evitemos las llamadas largas o repetitivas, tampoco utilicemos nuestro terminal para expresar problemas o estados emocionales (preocupación, enfado, etc) en presencia de los hijos.
Recomendaciones para menores:
Utiliza tu móvil sólo cuando sea necesario. Tendrás que pactar con tu familia las situaciones de uso.
Utilízalo de forma que no te aísle de las personas que te rodean. Y cuando lo hagas observa las normas básicas de educación y cortesía.
Apaga el teléfono móvil en lugares donde no esté permitido su uso.
Da prioridad a las personas con las que estás hablando físicamente frente a la persona que te llama al móvil. No ocurre nada por no contestar una llamada en un momento determinado, ya que se puede responder con otra llamada más tarde. Si es estrictamente necesario contestar al instante, pide disculpas a la persona con la que estés.
No permitas que los dispositivos móviles te aíslen del mundo real.
Controla lo que gastas cada mes y conoce las tarifas de tu teléfono. Recuerda no sobrepasar el límite acordado.
Utiliza los medios de comunicación que mejor se adapten a cualquier circunstancia y que sean menos invasivos: el teléfono fijo para llamar a otro fijo, el correo electrónico, una reunión de amigos, sistemas de mensajería instantánea...
Pide permiso antes de fotografiar o grabar a alguien.
Sé consciente de los beneficios de tener y saber usar un dispositivo móvil y de los peligros que también supone.
Decálogo antiadictivo
Decálogo:
Hacer un uso útil y racional del móvil: evitar llamadas repetitivas, de aprobación o carentes de contenido. Modular el tiempo dedicado a cada llamada enviada o recibida, evitar un excesivo consumo en el envío de SMS y no bajarse un desproporcionado número de aplicaciones innecesarias. Educarnos y educar en la gestión inteligente del ocio y del tiempo libre suele ser siempre una buena idea.
Ser breve, conciso y estructurado en las llamadas: el teléfono móvil tiene como finalidad establecer comunicaciones efectivas, por lo que hay que evitar conversaciones prolongadas que puedan elevar el consumo racional de nuestro terminal. Escribir un breve borrador o nota en un papel con los 3 o 4 puntos que deseamos tratar con el interlocutor, en caso de llamadas de trabajo, suele ser efectivo. Mostrar a nuestros hijos esta metodología es, siempre, un buen ejemplo.
Ejercer un control del gasto: contratar aquella tarifa que mejor se adapte a nuestras necesidades. En el caso de nuestros hijos es recomendable contratar tarifas prepago.
Hacer uso de los programas de control parental en los dispositivos con conexión a Internet para evitar que los menores se encuentren contenidos inadecuados para su edad.
Establecer normas claras para regular el uso del terminal móvil. Hay que conseguir consensuarlas y establecer el compromiso común. Por supuesto son de obligado cumplimiento y con consecuencias previstas en caso incumplirlas.
Usar whatsapp u otras herramientas de mensajería instantánea: con esta u otra herramienta podremos enviar mensajes eficientes sin tener que interactuar mediante una llamada. Ahorraremos recursos, evitaremos las conversaciones prolongadas, seremos menos invasivos y mucho más concretos y efectivos en nuestro contenido.
Desconectar el terminal o silenciar el terminal cuando sea necesario: no olvidemos las normas esenciales de etiqueta en el buen uso de nuestros dispositivos. Hablar bajo, no poner el móvil encima de la mesa, no estar mirándolo ni revisando mensajes mientras conversamos con otras personas... Expliquémoslas a nuestros hijos y demos ejemplo.
No emplear esta tecnología fraudulentamente. No burlarse de otro ser humano y no engañarle. No crear identidades falsas. No participar en conversaciones que hieran a otros. No decir nada que no diríamos en persona y en voz alta. Establecer autocensura.
Mantenerse actualizado en los avances en las Nuevas Tecnologías, para que la llamada brecha digital no suponga un obstáculo en nuestros conocimientos ni en la labor de interactuar y proteger a tus hijos.
Establecer un diálogo efectivo y continuado entre padres e hijos y no olvidar ser consecuente y dar ejemplo en la interacción con las Nuevas Tecnologías. Nuestros hijos deben encontrar en nosotros comunicación positiva y apoyo ante cualquier problema
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