—Las personas que tienen algún tipo de creencia, independientemente de la que sea, están más sanos. No estoy seguro de en qué consiste desde una perspectiva científica, pero lo datos están ahí. Yo, en particular, soy un firme convencido de que tanto la esperanza como el optimismo son dos fuerzas muy poderosas en nuestras vidas. Como con tantas cosas, como pensamos determina lo que experimentamos, para bien o para mal. Y esto no puede ser más determinante para nuestra salud. Si tenemos o no tenemos fe en nuestra salud tiene que todo que ver con que tengamos un cuerpo sano o no. Si creemos que podemos estar más sanos, adivine qué: lo estaremos.
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