¿Qué hay que hacer para llevar una vida dichosa? ¿La felicidad depende más del carácter que de las circunstancias? ¿Estamos biológicamente constituidos para ser felices o solo para sobrevivir? En el último medio siglo, nuestra sociedad ha conocido un espectacular progreso material que no se corresponde con un aumento paralelo del bienestar psicológico de las personas. Con nuestras necesidades básicas cubiertas, la felicidad se ha convertido en el bálsamo que perseguimois a golpe de gurús, autoayuda, pastillas y terapias.
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