Que los jóvenes adolescentes de hoy no son como los de hace unos años es una realidad que vale la pena tener en cuenta a la hora de formarlos. Aunque obviamente existan denominadores comunes las costumbres sociales de la juventud de “la era digital” nada tienen que ver con los de la “era analógica”. Dirigida esta reflexión - Eduard Punset la desarrolla ampliamente en su libro “Lo que nos pasa por dentro” - hacia el baloncesto en formación y concretamente a los entrenadores pienso que se convierte en fundamental en los adultos hacer un ejercicio de conocimiento y acercamiento a los tiempos actuales mucho más que pretender que los adolescentes de hoy se rijan bajo unos patrones que no coinciden con su realidad. El pasado como referente adquiere un enorme valor al que no se debe renunciar jamás pero que debe saberse rentabilizar focalizándolo en un contexto adecuado al presente.
Existen obviedades relativas a los cambios físicos y mentales – “terremotos en el cerebro” los define Punset - que se producen en los jóvenes durante los años de la adolescencia. Existen a través de Internet y con él sus Redes Sociales infinidad de fuentes de información que convierten a las nuevas generaciones en más documentadas pero a la vez en más dispersas que las anteriores. Los técnicos en formación de deportistas valoran en general como negativa esa “dispersión” de los nuevos y jóvenes practicantes incapaces en muchos casos de mantener una concentración fija durante el tiempo necesario en una sesión de entrenamiento o incluso en un partido. Internet provoca estímulos continuos y variados empaquetados en formatos de fácil y rápida asimilación. La “relación digital” se basa más en mensajes cortos y directos que en deliberaciones más profundas y complejas. Esa tendencia en la que están inmersos los adolescentes de hoy, al margen de que guste más o menos a los adultos, no tiene vuelta atrás.
La cuestión es detectar si esas nuevas tendencias de los jóvenes van efectivamente en dirección contraria al sistema de trabajo de los entrenadores de formación o si, mucho mejor, teniendo en cuenta que el proceso es imparable, ese sistema de enseñanza puede y debe beneficiarse de las nuevas tendencias. Si en ese ejercicio diario por mejorar al jugador el entrenador debe incorporar al trabajo de pista, como un elemento más en los diferentes contenidos de la sesión, las dosis – insisto, las dosis – de estímulos relacionados con los tiempos actuales.
Es importante saber lo que nos pasa por dentro y en la docencia y más hoy, en profundizar sobre lo que pasa por dentro de las nuevas generaciones. Se trata de saber transmitir experiencias propias – recordar las sensaciones que nos invadían en etapas de formación como jugadores – pero entendiendo que el contexto ha cambiado.
Existen obviedades relativas a los cambios físicos y mentales – “terremotos en el cerebro” los define Punset - que se producen en los jóvenes durante los años de la adolescencia. Existen a través de Internet y con él sus Redes Sociales infinidad de fuentes de información que convierten a las nuevas generaciones en más documentadas pero a la vez en más dispersas que las anteriores. Los técnicos en formación de deportistas valoran en general como negativa esa “dispersión” de los nuevos y jóvenes practicantes incapaces en muchos casos de mantener una concentración fija durante el tiempo necesario en una sesión de entrenamiento o incluso en un partido. Internet provoca estímulos continuos y variados empaquetados en formatos de fácil y rápida asimilación. La “relación digital” se basa más en mensajes cortos y directos que en deliberaciones más profundas y complejas. Esa tendencia en la que están inmersos los adolescentes de hoy, al margen de que guste más o menos a los adultos, no tiene vuelta atrás.
La cuestión es detectar si esas nuevas tendencias de los jóvenes van efectivamente en dirección contraria al sistema de trabajo de los entrenadores de formación o si, mucho mejor, teniendo en cuenta que el proceso es imparable, ese sistema de enseñanza puede y debe beneficiarse de las nuevas tendencias. Si en ese ejercicio diario por mejorar al jugador el entrenador debe incorporar al trabajo de pista, como un elemento más en los diferentes contenidos de la sesión, las dosis – insisto, las dosis – de estímulos relacionados con los tiempos actuales.
Es importante saber lo que nos pasa por dentro y en la docencia y más hoy, en profundizar sobre lo que pasa por dentro de las nuevas generaciones. Se trata de saber transmitir experiencias propias – recordar las sensaciones que nos invadían en etapas de formación como jugadores – pero entendiendo que el contexto ha cambiado.
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