domingo, 27 de abril de 2014

La Mente crea la Realidad Joe Dispenza

La mente crea la realidad – Joe Dispenza


Es importante en la vida ser lo que uno quiere ser.
Hay varios autores como JOE DISPENZA y KEN ROBINSON
Que nos explican que es importante hacer en la
Es la Mente la que crea el EXTERIOR
No es tanto lo que sucede en EL EXTERIOR lo que nos condiciona
Es lo que ve nuestra mente
Lo que CREA nuestra mente.

Lo que ademas viene a decir DISPENZA es que podemos cambiar y mejorar nuestro caracter
No va a ser facil pero se puede hacer.

¿Es posible cambiar tu carácter?

Esta es una pregunta que me llevo haciendo desde hace muchos años. Yo tengo un carácter bastante marcado, algunos dirían que fuerte, y hace tiempo que trabajo en modificar las cosas que no me gustan. Cuando hablo de esto con otros amigos la mayoría piensan que cambiar el carácter es imposible. Se puede moldear o suavizar un poco, pero no cambiarlo completamente. Yo ya había dado esa afirmación como verdadera, pero de repente, me he leído un libro y mi punto de vista ha cambiado. El libro es Deja de ser tú de Joe Dispenza. La verdad es que cuando lo empecé a leer me pareció una chorrada de libro porque justificaba mediante la teoría cuántica que cualquiera de nosotros podíamos cambiar la realidad del mundo. Tal y como lo cuenta, me parecía que no daba pruebas ni explicaciones convincentes para afirmar algo tan “mágico”. Sin embargo, seguí leyendo y el libro empezó a interesarme. A partir del segundo capítulo el autor empieza a explicar cómo el cerebro interactua con el cuerpo, cómo se producen las emociones, cómo las emociones refuerzan nuestros pensamientos, etc. Y todo esto explicado científicamente de una manera convincente y sencilla. Después de leer buena parte del libro, quiero leer más sobre el tema para corroborar su teoría, pero me ha parecido bastante reveladora.
Joe Dispenza nos dice que podemos ser otros. Sí, que podemos cambiar por completo nuestra personalidad gracias a la capacidad que tenemos para activar unos genes y desactivar otros a través del pensamiento y la creación de hábitos que reprogramen nuestro cerebro y cambien las sustancias químicas que produce nuestro cuerpo y que son las que nos provocan las emociones.
Durante toda nuestra vida hemos ido automatizando una serie de comportamientos que conforman lo que llamamos carácter.  Si desde que tienes uso de razón te has comportado como un histérico cuando ves un insecto, entonces dices que tienes miedo a los bichos. Tu cerebro más primitivo ha aprendido a que cuando ves un bicho debes reaccionar haciendo aspavientos y corriendo. En mi caso, siempre he actuado con ira e irritación cuando me pasa algo con el coche: un conductor imprudente se cruza, una señora impaciente me pita sin razón, alguien se pega a mi culo en la autopista. Ese tipo de cosas me hacen saltar como un resorte. Es una reacción casi inconsciente,  antes de que lo pueda pensar, ya he pitado y estoy soltando improperios. Este proceso aprendido está grabado a fuego en mi estructura neuronal. Por supuesto, no me gusta ser así, preferiría que nada me afectase y que cuando me ocurren estas cosas, simplemente las dejase pasar.

¿Cómo cambiarlo?

Todo empieza siendo consciente del hecho. Cuando reaccione así, debo observar mi comportamiento, y no solo eso, debo observar mis emociones. ¿Cómo se siente mi cuerpo?, ¿se han tensado mis músculos del cuello?, ¿me he acalorado? Como por arte de magia, el hecho de observarte a ti mismo y tus reacciones hace que la emoción y el pensamiento desaparezcan poco a poco. Como soy una persona razonable, me doy cuenta de que lo que estoy haciendo no me ayuda si no todo lo contrario. Gracias a esto, a los pocos segundos me encuentro tranquilo y mi ira ha pasado.

¿Pero cómo conseguir que no se repita la próxima vez?

Hay que cambiar la estructura mental causa-efecto y para ello hay que modificar la respuesta de forma sistemática. La próxima vez que me ocurra debo hacerme consciente del hecho antes y por lo tanto el estado de irritación pasará antes. Puedo sustituir el pensamiento negativo tipo: “Menudo capullo, algún día se va a matar en cualquier esquina” por: “Quizá tenga una emergencia y por eso va tan deprisa, quién no ha corrido alguna vez” o por “Pobre, ¿no se da cuenta de que así no se puede disfrutar del viaje?“. Como no podemos pensar en dos cosas al mismo tiempo, al sustituir un pensamiento negativo por otro compasivo o positivo, nuestra estructura mental empieza a cambiar. No, no cambia de un día para otro :). Piensa que si has actuado 15 años de una misma forma, no puede cambiarse de un día para otro. La repetición es la clave. Cuando consigues automatizar este ejercicio provoca un efecto muy positivo de refuerzo, ya que te das cuenta de que has conseguido cambiar algo que hasta ahora pensabas que era imposible y que te hacía sentir fatal.
Este es solo un ejemplo de un rasgo de carácter que puedes modificar, pero no hay nada que no puedas hacer. En los últimos años, los científicos se han dado cuenta de que el cerebro es mucho más flexible de lo que pensábamos. Antes se creía que era muy difícil hacer cambios en él después de la niñez, ahora sabemos que los cambios siempre son posibles, pero se requiere una alta dosis de autoconsciencia y de voluntad para conseguir invertir hábitos que llevamos repitiendo durante años.
Evidentemente, no todo el mundo tiene la misma capacidad para cambiar. Si eres una persona de ideas y hábitos fijos, que toda la vida has hecho y pensado lo mismo lo tienes más difícil que aquel al que le guste mucho leer, viajar, conocer gente nueva y probar nuevas experiencias. Si eres de los segundos, tu cerebro estará habituado al cambio y tus estructuras mentales serán más flexibles ya que continuamente están cambiando.
Ahora no tenemos excusa para cambiar aquellas cosas que no nos gusten. Ya no vale el “es que yo soy así“, “es que no lo puedo evitar“. Con voluntad y las adecuadas herramientas sí que se puede cambiar, ¡probadl

Deja de ser tú

Monica Pereira, Joe Dispenza y nuestras grandes amigas y colegas Carmen Castro y Ana Cendón.
Monica Pereira, Joe Dispenza y nuestras grandes amigas y colegas Carmen Castro y Ana Cendón.
Hace unos días estuvo en Madrid Joe Dispenza ofreciendo un taller en el que reforzó una idea que hace ya mucho tiempo venimos trabajando en Haztúa con nuestros clientes. Esa idea no es otra que el convencimiento de que nuestros pensamientos crean nuestra realidad. Joe Dispenza lo recoge en esta frase: “No subestimes el poder de tus pensamientos. Son capaces de alterar la realidad“.
Una de mis frases favoritas ha sido siempre: “Tanto si piensas que puedes, como si piensas que no puedes, estás en lo cierto” (Henry Ford).
Rosana Pereira y Joe Dispenza
Rosana Pereira y Joe Dispenza
A lo largo de los años se ha pensado que nuestras circunstancias externas eran las que determinaban nuestro estado emocional y por tanto, determinaban el modo en que reaccionábamos ante esas circunstancias ajenas a nosotros.
Cada vez existe más evidencia científica que avala que las cosas no suceden exactamente así. Ante una situación determinada, cada uno de nosotros, hace una interpretación de lo que ha ocurrido, le damos una explicación que creemos es “racional”. Esa explicación, condiciona inmediatamente el modo en que nos sentimos, y eso hará que nos comportemos de una manera o de otra. ¿De qué depende entonces la explicación que damos a los sucesos externos?. Sin duda, a nuestra propia historia, a nuestras experiencias previas, a lo que hemos aprendido del pasado, a los resultados que hemos obtenido en situaciones similares… Según Dispenza, esa repetición a lo largo de los años de nuestra vida hace que nuestro cuerpo tenga “memoria” y nos propone romper los límites de nuestra realidad objetiva a través, principalmente, de técnicas meditativas.
“Deja de ser tú”. Joe Dispenza
Aún no he terminado de leer su último libro: “Deja de ser tú. La mente crea la realidad“, pero te aseguro que promete. Imagina el poder que se desataría en ti si fueras capaz de decidir cómo quieres pensar; si te permitieras tomar decisiones como estas:
¿Cómo quiero pensar? ¿En qué pensamientos quiero invertir mi energía? ¿Cuál es mi nueva actitud? ¿Cómo quiero que me vean?…
Piensa en ello. Nadie más que tú puede decidir cómo vivir. Nadie más que tú puede dejar de ser quien es ahora para convertirse en quien se quiere llegar a ser. Y para ello hay que detenerse y observar qué pienso acerca de la realidad y qué me impide decidir pensar de manera diferente y crear una nueva realidad.



Joe Dispenza
Hoy os quiero dejar una reflexión de Joe Dispenza en su libro“Deja de ser Tú. La mente crea la realidad. Todas las palabras en cursiva son del autor.
“El vacío identitario” es el vacío entre “quién soy en realidad” y “quién aparento ser” Según palabras del autor. Al reflexionar en mí descubrí que los seres humanos  vivimos en una dualidad, como dos entidades distintas: quien aparentamos ser y quien somos en realidad.
 Quien aparentamos ser es la fachada que proyectamos al mundo. Es una primera capa de cómo queremos que los demás nos vean.Quienes somos en realidad, es cómo nos sentimos por dentro. Es lo que sentimos cuando no estamos preocupados por la “vida”. Es lo que ocultamos sobre nosotros.
 Cuando memorizamos estados emocionales adictivos, como la culpabilidad, la vergüenza, la ira, el miedo, la ansiedad, los juicios, la depresión, el engreimiento o el odio, creamos un vacío entre quien aparentamos ser y quienes somos en realidad. El tamaño del vacío varía de una persona a otra.
La persona que somos de verdad, el yo real se escuda tras la imagen que damos. Como no podemos soportar mostrar este yo al mundo, fingimos ser otra persona. Mentimos sobre quien somos porque sabemos que los convencionalismos sociales no admiten esta clase de personas.
Cuando somos jóvenes y estamos construyendo una identidad, es cuando más participamos en esta farsa. Vemos a jóvenes cambiando de identidad como quien cambia de ropa. De hecho la forma de vestir de los adolescentes suele reflejar más quiénes desean ser que quiénes son en realidad.
Entre los 30 y los 40, ya tenemos la personalidad formada. Por eso podemos prever los resultados de la mayoría de vivencias; ya sabemos cómo nos harán sentir antes de que sucedan.
En la etapa de la madurez de la vida, las personas que no intentan huir de sus sentimientos se hacen preguntas importantes ¿Quién soy? ¿Cuál es mi propósito de vida?¿Qué es la felicidad?¿Me quiero?… estas preguntas nos vienen porque nos damos cuenta de la gran cantidad de energía que gastamos en mantener la imagen que damos al mundo y lo agotador que es el que la mente y el cuerpo estén preocupándose constantemente.”
Cuando quieres cambiar tus problemas enfocándote en el problema, no en la solución, es decir, con el mismo estado mental que los creó.  Analizas, te compadeces, lo justificas y no cambias nada porque tu sigues siendo la misma persona.
Todo lo contrario ocurre con el coaching cambias desde dentro hacia fuera. El coach te acompaña, te da las herramientas, las habilidades para que tu ser cambie y puedas cambiar lo que no te gusta que está pasando en el exterior. Mi definición cuando comienzas un proceso de coaching eres una persona y cuando lo terminas eres la mejor versión de esa misma persona.
Termino con una frase de Joe Dispenza, en este mismo libro “Reducir e incluso eliminar el vacío entre quien somos y quien aparentamos ser es seguramente el mayor reto de nuestra vida”.

1 comentario:

  1. Excelente libro, para que nuestra mente tome el control y cambie, permitiéndonos ser alguien diferente y mejor.

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