Cómo ser feliz (a pesar de todo)
¿Es posible ser feliz? ¿A pesar de la crisis económica? ¿A pesar de todos los disparates políticos, sociales y mediáticos que nos rodean? ¿A pesar incluso de la música que te pone el vecino, las manías de tu pareja, el tráfico matutino y los virus informáticos?
Sigmund Freud, el fundador de la psicología, no fue muy optimista al respecto. Según él, el objetivo de la psicoterapia era "la transformación de la desdicha histérica en la infelicidad común".
Sin embargo, el nuevo campo de la psicología positiva, centrada en el estudio científico de todo aquello que hace que la vida merezca la pena, tiene ahora suficientes datos como para contradecir a Freud.
Hagamos una prueba. Imagina que tuvieras que puntuar tu nivel de felicidad, tu satisfacción con la vida en general, del 1 al 10. ¿Tienes ya el número?
Bien, pues ahora trata de adivinar cual es el nivel medio de felicidad en todo el mundo, o sea, juntando las respuestas de distintas edades, nacionalidades, niveles socioeconómicos, etc... No sigas leyendo hasta que hayas pensado en un número del 1 al 10.
Lo más probable es que tu primera respuesta haya sido entre 6 y 8,ya que la media mundial está en torno al 7. Y también es probable que hayas estimado un número más bajo para la población mundial. O sea, tendemos a creer que la gente en general es menos feliz que nosotros. Y en general, nos equivocamos.
Claro que lo que realmente te interesa saber es si es posible ser más feliz de lo que ya eres. Y de nuevo, la respuesta es que sí. Aunque hay una parte de tu felicidad que depende de tus genes (aproximadamente el 50%), el resto depende de factores externos (como la música que mete tu vecino a todo volumen) y de factores internos (como tu paciencia ante esos ruidos).
Uno de los hechos más sorprendentes que arrojan los estudios es que los factores externos --como el dinero, el clima, la edad o la belleza física-- tienen muy poco impacto en la felicidad, representando solo un 10% de la variabilidad aproximadamente. Concretamente, se ha podido comprobar científicamente eso de que "el dinero no da la felicidad", al menos si tienes cubiertas las necesidades básicas como el alimento y un techo para resguardarse de la intemperie.
Ahora lo más interesante de todo. ¿Cómo puedes ser más feliz? Desde luego, no basta con leer un artículo como este, ni un libro de psicología positiva, ni toda una biblioteca de autoayuda. Hay que actuar. Aquí tienes algunas recomendaciones, basadas en estudios científicamente validados:
Optimismo
El optimismo es un estilo de interpretar lo que nos sucede de forma positiva. No se trata de negar la realidad cuando las cosas se ponen feas. Tampoco es una cuestión de ver el vaso medio lleno o medio vacío --¡a lo mejor es que está vacío del todo! Más bien tiene que ver con la confianza de que seremos capaces de rellenar el vaso, o al menos que aguantaremos la sed mientras haya que esperar.
Las personas optimistas, según diversos estudios, tienen mejor salud y más éxito en distintos ámbitos como el trabajo o las relaciones, probablemente porque no se desaniman con el primer fracaso, ni con el segundo. Y son más felices.
¿El optimismo puede aprenderse? Parece que sí. Martin Seligman ha desarrollado un sistema para combatir los pensamientos negativos cuya eficacia ha sido demostrada experimentalmente.
Para más información: Martin Seligman, 'Aprenda Optimismo'
Gratitud
Otra clave de la felicidad es apreciar y reconocer las cosas buenas que ya tenemos, la gratitud. En un estudio experimental diseñado para testar la eficacia de varios ejercicios para "aumentar la felicidad", dos de los más eficaces tenían que ver con esta actitud.
Uno consistía en escribir una carta a alguna persona a la que te sientes agradecido, y luego leérsela en voz alta. Este ejercicio produjo el mayor efecto de cualquiera de las intervenciones, aunque el efecto tuvo una duración limitada a un mes aproximadamente.
El otro ejercicio consistía en escribir cada noche, antes de acostarse, tres cosas positivas que han sucedido durante el día, y por qué. Este ejercicio aumentó la felicidad de los participantes al menos durante los 6 meses que duró el experimento.
Para más información: Robert Emmons, '¡Gracias!'
Desarrollar las fortalezas
Los filósofos de la antigüedad sostenían que la auténtica felicidad tiene que ver con cultivar las virtudes, y hoy en día, la psicología positiva les está dando la razón. Otra intervención positiva que aumenta la felicidad de forma duradera es identificar las propias fortalezas y aplicarlas de forma creativa cada semana.
Para identificar tus fortalezas, basta visitar la página de Martin Seligman (hay que seleccionar "Español" como idioma): http://www.authentichappiness.sas.upenn.edu/Default.aspx
Flow
Mihaly Czikszentmihalyi es un psicólogo de origen húngaro queidentificó un estado de conciencia que la mayoría de las personas dicen experimentar a menudo: un estado de tal concentración en la actividad que te ocupa que te olvidas de ti mismo y de todas tus preocupaciones, haciendo que el tiempo parezca volar.
Algunas personas experimentan 'flow' pintando, otras bailando o jugando al ajedrez --se trata de actividades que requieren un cierto esfuerzo, y hay que realizarlas al nivel de dificultad adecuado para que no resulten ni aburridas ni estresantes.
Según los estudios, las personas que "fluyen" más a menudo en su vida cotidiana, son más felices, y además suelen tener mejores relaciones y más éxito profesional. Por lo tanto, si quieres ser más feliz, identifica aquellas actividades que te permiten entrar en el estado de flow, y dales más espacio en tu agenda.
Para más información: Mihaly Czikszentmihalyi, 'Fluir'.
Las relaciones sociales
El único factor externo fuertemente vinculado a la felicidad es éste. Variables como la extroversión, el número de amigos, la frecuencia de las relaciones sexuales o el hecho de estar casado están correlacionados con la felicidad, como lo están otros factores con un importante elemento social, como son el empleo y la religiosidad. Por lo tanto es importante cuidar este aspecto de la vida, que requiere tiempo, dedicación y generosidad.
Una de las intervenciones positivas más eficaces a la hora de elevar el bienestar subjetivo consiste en hacer cinco "buenas acciones" en un mismo día -o sea, ayudar o apoyar a los demás de forma altruista-. Ya lo decían los Beatles: 'All you need is love'.
Ejercicio físico en naturaleza
Hacer ejercicio eleva el estado anímico, y es una de las primeras recomendaciones que se hace a las personas con depresión. Los estudios de Jules Pretty han encontrado que el efecto aumenta si el ejercicio se realiza en un entorno natural. Curiosamente, es aun mayor si se trata de un entorno natural con la presencia de agua: el mar, un río, un lago...
El sentido del humor
Decía Chaplin que "la vida es una tragedia en el primer plano, pero una comedia en el plano general". Su célebre vagabundo, una víctima de la crisis de los años 30, se convirtió en el icono de la comedia del siglo XX, y en esta nueva crisis seguimos empleando el humor para sobrellevar sus consecuencias.
Una muestra de ello son los carteles que se han podido ver en los escaparates de algunas tiendas y bares: "Se necesitan clientes: con o sin experiencia". Otra es que, a pesar de la crisis, son cada vez más las empresas que se apuntan a celebrar el Día Internacional de la Diversión en el Trabajo, que caerá el próximo 1 de abril (http://www.humorpositivo.com/1abril.htm).
Está más que comprobado que la risa combate el estrés y las emociones negativas, y eleva el estado de ánimo. Las personas con estilos humorísticos positivos (no agresivos o crueles) tienden a ser más resistentes a la depresión, tienen mayor autoestima y son más felices. No es necesaria la "risoterapia". Basta salir a echarse unas risas con los amigos, o acudir a algún espectáculo cómico, o al propio Chaplin.
Para fortalecer el sentido del humor, es recomendable jugar mucho(en el mundo adulto, lo más parecido al juego de fantasía de los niños, fuera de la cama, son los juegos teatrales, conocidos también como la "improvisación teatral"). También conviene seguir un "diario humorístico" en el que vas apuntando lo que más gracia te haga. Ah, y no te olvides de llevar siempre una nariz de payaso en la guantera del coche, para los atascos.
Para más información: Eduardo Jáuregui, 'El sentido del humor: manual de instrucciones'.
El mindfulness
El 'mindfulness' o "atención plena" es un estado mental que se cultiva mediante prácticas como la meditación. Richard Davidson, un neuropsicólogo de la Universidad de Madison, encontró mediante escáneres cerebrales que el monje budista tibetano Matthieu Ricard presentaba un nivel de activación en el lóbulo prefrontal izquierdo (asociado a las emociones positivas) mucho más alto que el de cualquier otra persona jamás testada en ningún laboratorio.
Por ello se le presentó en Time Magazine y otros medios como el "hombre más feliz del mundo". Davidson también ha demostrado que un curso de 8 semanas de meditación es suficiente para provocar cambios significativos en la activación de esta zona del cerebro, en sujetos normales.
La práctica de la meditación es sencilla, pero requiere disciplina: hay que realizarla diariamente. Nadie dijo que conquistar la felicidad fuera fácil.
Para más información: John Kabat Zinn, 'La práctica de la atención plena'.