No son pocos los psiquiatras que se quejan de este “sesgo de negatividad” de la ciencia de las emociones, según la cual solo se clasifican como trastornos los casos más extremos de manifestaciones emocionales dañinas, tanto para el semejante como para el mismo sufriente. Así, la ira y el desprecio no son un problema médico y solo suponen un problema penal si, como secuela extrema de ellos, se cometen determinados actos… que no tienen por qué ser necesariamente los más dañinos. Igualmente, la angustia y la depresión solo supondrían un trastorno de acuerdo con ciertas convenciones
UNApersona en proceso de duelo cuyos síntomas de depresión persistan durante un periodo superior a dos semanas es, en principio, candidata a recibir un diagnóstico de enfermedad mental
Pero si no sobrepasa ese límite, el especialista no tiene por qué intervenir…
El desarrollo del conocimiento acerca de las emociones y la importancia fundamental que tienen en nuestra vida real como seres sensibles es algo a lo que le queda mucho camino por delante y, dada la experiencia histórica, es probable que tenga mucho que ver con el desarrollo de lo que llamamos humanismo y civilización.
UNApersona en proceso de duelo cuyos síntomas de depresión persistan durante un periodo superior a dos semanas es, en principio, candidata a recibir un diagnóstico de enfermedad mental
Pero si no sobrepasa ese límite, el especialista no tiene por qué intervenir…
El desarrollo del conocimiento acerca de las emociones y la importancia fundamental que tienen en nuestra vida real como seres sensibles es algo a lo que le queda mucho camino por delante y, dada la experiencia histórica, es probable que tenga mucho que ver con el desarrollo de lo que llamamos humanismo y civilización.
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