Mirar dentro de nosotros mismos
Este ejercicio de autenticidad puede resultar inquietante, mirar dentro de nosotros mismos y encontrar razones inesperadas desconcierta, duele, pero es parte de un proceso realmente sanador y liberador. Quizás no somos tan buena pareja como creíamos y lo que hacemos es dañar la relación, coartando su libertad con nuestras exigencias. Merece la pena plantearse que lo que queremos no es lo que él necesite e incluso nosotros mismos provoquemos lo que no deseamos: su agobio, dudas, falta de interés o huida. Es posible también que nuestra falta de sinceridad termine afectando a nuestra amistad con nuestro compañero. Puede que la amenaza de que el de al lado prospere más laboralmente se dé, antes o después…
Lo que tenga que ocurrir ocurrirá y deberíamos estar preparados sin miedos. La idea transmitida en la charla de cambiar manipulación por respeto, de hacernos cargo de cómo vivimos e interpretamos lo que hacen los demás, me trajo a la memoria la recurrente frase de ponerse en el lugar del otro. ¿Por qué no hacernos cargo de nuestras debilidades, asumir lo que nos cuesta y permitir dolernos? ¿Qué estará sintiendo el otro ante mis demandas y cómo le afectará cargar con la atención de mis necesidades?
Para mejorar la calidad de nuestra vida y la de nuestras relaciones conviene mirar dentro de nosotros mismos, pero también, como dicen los ingleses “to put yourself in someone else´s shoes”, ponerse en los zapatos del otro para crear un espacio de respeto y libertad con los que nos rodean.
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